LA BATALLA CULTURAL, ¿LA ÍBAMOS GANANDO Y TERMINAMOS PERDIÉNDOLA?

Desde este jueves 06 de junio, tal como lo había anunciado el Presidente Javier Milei durante casi toda su campaña, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades ha cerrado definitivamente, avanzando una vez más sobre las conquistas de las mujeres argentinas. 

23/07/2024

Hace un tiempo atrás, escuchábamos al actual Presidente de la Nación gritando de manera rabiosa en un conocido canal de televisión decir: “Estamos siendo tan mejores que ellos, los estamos aplastando en la batalla cultural y los estamos pasando por arriba. No solo le ganamos en lo productivo, sino que además somos superiores moralmente y somos superiores estéticamente. Somos mejores en todo y les duele”.

 

Esta frase hace meses que me resuena en la cabeza, tan fuerte que me interpela, y que veo que a todxs aquellxs que nos paramos en esta gran avenida - mal llamada nacional y popular -, nos sentimos incómodxs e inquietxs. Y ¿cómo no hacerlo? Es que casi como una verdad reveladora, Javier Milei - y en su persona a quienes representa - está ganando la batalla cultural. 

 

Y nosotrxs, desde este lado, nos quedamos con el sabor en la boca de que íbamos ganando una batalla (pero que no disfrutamos) que, en el último minuto, nos empataron y en el tiempo de descuento nos arrebataron de la mano este partido y comenzaron a ganarlo ellos. 

 

Algo así como lo que deben haber sentido los hinchas colombianos hace una semana, en un partido que parecía estar inclinado a su favor - y que ciertamente su equipo jugó por muchos momentos mejor que la Argentina - pero a último momento, la selección nacional mostró lo que tenía que mostrar y, con la jerarquía de campeón y la experiencia que tiene un equipo acostumbrado a ganar, metió el gol en los últimos minutos y levantaron la Copa como campeones de América. 

 

Esa analogía me pone en situación de lo que quiero plantear. A pesar de que Colombia pensó que podía ganar - y que todas las condiciones estaban dadas para ganar el partido - porque, de hecho, el esfuerzo y el facto irrefutable de que habían jugado un mejor partido que Argentina, los hizo sentir ganadores pero, en realidad, nunca lo fueron, nunca estuvieron ganando el partido y, objetivamente, Argentina tenía mejores condiciones para ganarlo. Argentina ganó la batalla, una que, desde el principio, sabía que tenía ganada y aún así tuvo que pelear por ella. 

 

Las ideas que representa Milei, juegan un rol muy parecido, es decir, todas las condiciones estaban dadas para que gane la batalla cultural, de hecho, siempre la

la han ganado y siempre se han regocijado como victoriosos, debido a que, los que representan sus ideas, no son los que dan la batalla cultural, sino son los que resisten la batalla que nosotrxs damos y, aun perdiéndola, seguimos batallando. Con su discurso, Javier Milei nos quitó - en el inconsciente colectivo - la única reivindicación que podíamos sostener: “estamos dando la batalla cultural”. 

 

Solo para dar un dato histórico, en el siglo pasado fue el estallido del pensamiento socialista y comunista (quienes realmente plantean la batalla cultural). En ese contexto, se llevaron adelante una serie de revoluciones a tal punto que un tercio de la población mundial llegó a vivir bajo un régimen socialista, es decir que aun en el momento donde más fuerte se dio la batalla cultural, el socialismo iba perdiendo 7 a 3, imaginense en pleno 2023.

 

En fin, hablemos un poco sobre la batalla cultural, es decir, hablemos un poco sobre lo que decía un señor italiano llamado Antonio Gramsci quien acuñó este término que a los libertarios tanto les gusta decir:

 

“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos.”

 

Los monstruos que surgen se están apoyando en aquellos engendros que pertenecen al viejo mundo pero aún quedan de pie. Milei es ese topo que se apoya en el Estado, no para destruirlo desde dentro, sino para destruir lo poco que nos queda para seguir dando la batalla.

 

“La cultura es organización, disciplina del Yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender

comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes.”

 

TERMINATOR tercermundista es aquel que viene del futuro, por ende no tiene esa construcción y, para colmo de males, nos quiere instruir en esa destrucción de lo que realmente representamos como pueblo. 

 

Javo quiere ser el mesías que viene a traernos más individualismo y enseñarnos por qué está mal el colectivismo. Ante esto, Antonio decía que “la indiferencia actúa poderosamente en la historia. Actúa pasivamente, pero actúa.” Es decir que nos corroe por dentro, nos rompe, y nos deja en esa posición pasiva de que ‘lo único que importa es uno mismo y nada más’.

 

A colación, y a propósito de lo que vengo hablando, les traigo la libertad de la que habla Gerardo. Según Gramsci, “ser partidario de la libertad en abstracto, no sirve para nada; es simplemente una posición de hombre de gabinete estudioso de los hechos del pasado, pero no del hombre moderno, partícipe de las luchas de su tiempo.”

 

Milei quiere que volvamos cien años hacia atrás en todos los sentidos, de hecho, su primera victoria fue que el consumo de carne en la Argentina este año haya sido el más bajo en los últimos 110 años. 

 

Recordemos, "decir la verdad es siempre revolucionario", pero la verdad cierta, no esa verdad disfrazada de datos en las que nadie entiende lo que quieren decir.

 

Un ejemplo para figurar lo que digo, cuando Javo en esta Copa América nos quiso vender una vez más las Sociedades Anónimas Deportivas diciéndonos que los jugadores que juegan para nuestra selección pertenecen todos en SADs, pero olvida intencionalmente contarnos que, cada uno de esos jugadores (y el 95% de los y las jugadoras del fútbol argentino) se formaron en clubes de barrio (asociaciones civiles sin fines de lucro) y debutaron en Equipos que también son asociaciones civiles, y quizás en ese detalle radica la grandeza de todo ese plantel, y de todos los jugadores que brillan bajo los reflectores del mundo. De esos semilleros sin fines de lucro nacieron los últimos dos mejores jugadores del mundo. Algo bien estamos haciendo, y eso que estamos haciendo bien no debe ni puede cambiarse por ambiciones económicas, porque lo que se debate es cultural, los clubes no son empresas son lugares donde los pibes y las pibas antes de aprender a jugar al fútbol son contenidos, abrazados y educados en valores como la importancia de la escuela y el trabajo en equipo (eso no es individualismo, sino colectivismo puro, quizás por eso nuestro Presidente está tan en contra).

 

AUTOR

David Alos

Y tengan en cuenta que la historia juzgará a quienes sean partidarios de esta masacre, porque “adherirse a un movimiento quiere decir asumir una parte de la responsabilidad de los acontecimientos que se preparan, convirtiéndose en artífices directos de esos acontecimientos mismos.” Serán responsables de la destrucción de nuestro país como lo conocemos. Serán artífices de la fábrica de pobres y de desempleo más grande del mundo. 

 

También recordemos que Javier Milei es el representante del Estado, y Gramsci decía que “cada Estado es una dictadura”. No tiene remate, o el remate se encuentra en el enunciado.

 

Por último, como intentamos ser un medio que influye en la gente, les decimos que lo que “se llama opinión pública está estrechamente vinculado con la hegemonía política, o sea que es el punto de contacto entre la sociedad civil y la sociedad política, entre el consenso y la fuerza. El Estado, cuando quiere iniciar una acción poco popular, crea preventivamente la opinión pública adecuada, esto es, organiza y centraliza ciertos elementos de la sociedad civil.”

 

Vuelvan a mirar los hechos, vuelvan a mirar los medios, cada vez que alguien habla bien de este gobierno, nos están preparando para cagarnos una vez más.