Que el ajuste lo iba a pagar la política ya se cayó de maduro de que no va a suceder y nadie puede pensar, por más convicción que tenga para apoyar a este gobierno, que Javier Milei cumplió en algún punto esa promesa.
Todo el plan económico del gobierno actual se reduce a desalentar el consumo por parte del pueblo y apostar fuertemente a esas fantasiosas leyes de la oferta y la demanda para bajar la inflación. Sin olvidarse de beneficiar a los amiguitos de siempre, armando y derogando leyes para que los grandes poderes concentrados (autores intelectuales de javito) se favorezcan y enriquezcan cada vez más conforme el pueblo se vaya empobreciendo más de lo que está.
Llegan al punto de querer hacernos creer que el derecho a huelga debe ser obstruido completamente por el Estado. Estado que dijeron que quieren achicar y desplazar de las intervenciones. Las intervenciones para que los monstruos económicos nos empujen al abismo están excelentes, pero las intervenciones del Estado para equiparar un poco la balanza para el lado de los trabajadores y lxs que menos tienen están muy mal. Una doble vara compleja con la que, al parecer, el pueblo argentino deberá acostumbrarse a vivir.
Como dijo Milei en su búnker luego de ganar las elecciones, “no hay lugar para gradualismo”, su Gobierno avanzó con todo y lo que recibió fue el Paro Obrero más
Aun así, los datos oficiales dicen que en la calle, a lo largo y ancho del país, se movilizaron 1.500.000 personas. Según las estadísticas que el mismo Milei da, en la Argentina hay 6.000.000 de trabajadores registrados, es decir que el acatamiento del paro y movilización fue del 25% de la masa trabajadora registrada.
Y antes de que pienses “bueno, pero también había desocupados”, para el gobierno no, porque ya “desbarató el gerenciamiento de la pobreza” por lo que ya ningún pobre se moviliza obligadamente por las organizaciones sociales. Como dijimos en la bajada de esta nota, el gobierno se encorseta solo y cada vez se encuentra más acorralado.
La movilización y la demostración de la gente que salió a la calle el 24 de enero puso nervioso al gobierno, porque la oposición dialoguista salió a decir que le firmaron el dictamen de mayoría solo para que el Paro no golpeara tan fuerte al Presidente, dando claras señales que la Ley Ómnibus no sería aprobada. Eso obligó al oficialismo a mover la sesión del congreso para el martes 30 de enero. Pero la verdad es que están yendo a ciegas porque no estarían logrando el consenso para que salga la Ley, mucho menos para que la Ley salga sin modificaciones como ellos querían, “sin negociar”.
Es verdad que el ajuste comandado por Caputo ha surtido efecto, pero la emisión de dinero ha tenido cifras astronómicas, a tal punto que en un mes se ha emitido una cantidad de dinero mayor a la que Cristina Fernández de Kirchner emitió en 8 años de gobierno.El gasto público no se ha reducido sino que, por el contrario, ha aumentado fuertemente. Y, si bien el Fondo Monetario Internacional dice que vamos por el buen camino del ajuste, al parecer el desembolso de dinero llegaría si la Ley Ómnibus se aprueba y la justicia no sigue expresándose en contra del DNU, algo que hasta ahora no estaría sucediendo.
David Alós
más rápido de la historia de nuestro país. Claro que tuvimos que soportar el pataleo de Adorni, los funcionarios y el mismísimo Presidente diciendo que no entendían los motivos del paro. Intentando ignorar que su Decreto de Necesidad y Urgencia está judicializado en un 70%, además de que recae sobre él una cautelar por parte de la justicia que le ha puesto un parate a la reforma laboral de facto que impulsó el DNU. La clase obrera argentina tenía razones más que justificadas para llamar a una huelga general.
Según el gobierno, el Paro de la CGT causó pérdidas de miles de millones de pesos para el país y el pueblo argentino, pero también dijo que solo paró el 0.19%, sin dejar muy en claro si habla de la población en general o de la clase trabajadora, en fin, si querés datos imprecisos escuchá a un libertario. Las contradicciones parecen ser lo suyo, pero no importa, le tomo que hubo un acatamiento muy bajo al paro, imaginense si siguen por ese camino los daños que puede hacer la clase obrera si realmente se moviliza. Y, tenganlo por seguro, si no cambian el rumbo cada vez más personas estarán en la calle reclamando por lo que les corresponde. 3
Este modelo, en la Argentina, lo conocemos bien, nos lleva a una tasa de desempleo abismal, más de 60% de pobreza, violencia en el ambiente porque no se puede sobrellevar la situación y, a partir de ahí, cualquier cosa puede suceder.
Eso sin mencionar que este gobierno, en particular, emana violencia, maltrato y desprecio por la clase trabajadora a tal punto, que insisten en que tu justa indemnización frente a un despido sin justa causa es un privilegio, no un derecho, y por eso es necesario quitartela. Sostienen que pagar horas extras es una derrota para la Argentina y no un derecho conquistado de la clase trabajadora. Buscan mentirnos con que estas medidas alentarán al sector productivo a contratar más personas, pero la verdad es que lo que necesita el sector productivo es que el Estado los apoye con bajas impositivas y estimulación de la producción.
Es por eso que Caputo sale a amenazar a todo el país por twitter, siendo respaldado por Adorni (Vocero Presidencial) y Guillermo Francos (Ministro del Interior) dando a entender que si no votan a favor de la Ley es porque lxs gobernadores y diputadxs aceptan un ajuste furioso (sí, más furioso que al que ya estamos sometidos). Es por eso que Milei debe mentir diciendo que el Gobierno de Alberto Fernández tuvo 1000% de inflación cuando con suerte llegaría al 500% mientras que, si hacemos una proyección del gobierno de Milei con la inflación de su primer mes al frente del país, podríamos llegar a cifras por encima de los mil puntos en cuatro años, ¿será que está preparando el terreno para no quedar como el malo de la película? ¿Una vez más?.
Lo curioso es lo que sucedió ayer, se filtró en la prensa seria (es decir en nada más y nada menos que en Clarín) que Javier Milei durante su reunión de gabinete habría dicho, sobre los Gobernadores, "Los voy a dejar sin un peso, los voy a fundir a todos"
todos" refiriéndose a lo que sucedería en el caso de que no se apruebe la Ley Ómnibus.
La crisis política golpeó fuerte la puerta y no trajo debajo del brazo buenas noticias precisamente, en horas de la tarde de ayer, Javier Milei despedía a Guillermo Ferraro, Ministro de Infraestructura, por haber filtrado información. El problema es que nadie del Gobierno salió a desmentir los dichos del Presidente, por lo que con el correr de las horas se asume que eso es lo que piensa el Presidente, declarando la guerra a todos los gobernadores que no estén de acuerdo con la Ley. En el medio, pareciera que se olvidan que está el pueblo argentino, que necesita comer, que necesita trabajo, que necesita salir de la pobreza.
A tal punto ha llegado la crisis que, por primera vez, el Vocero Presidencial no dio su elocuente conferencia de prensa de todas las mañanas y, para colmo de males, el ministerio de Infraestructura pasó a ser parte de la cartera de “Toto” Caputo. A 45 días de haber comenzado este gobierno se ven grandes indicios de improvisación. En el DNU, en las leyes, en los nombramientos, en los despidos, en el número de ministerios, en la dolarización, en la eliminación del Banco Central, Javier Milei está desgastado, desorientado, en un barco que parece que no tiene un destino asegurado.
Al parecer el clima no es el mejor, la frase “no hay plata” empieza a hacerse realidad en la calle, mientras el gobierno cada vez gasta más y más, la frase “no vamos a negociar” denota una terquedad que tiene olor a “no quiero que salga”. Milei sabía que tenía poca gobernabilidad porque no tenía Gobernadores, muy pocos diputados y menos senadores. Decidió sostenerse en la estructura de Juntos por el Cambio que tiene sus propios problemas de liderazgo. Haciendo una mirada muy apresurada de la situación, el esquema se les está cayendo a pedazos.
Casi pareciera que se hace realidad que en lo único que se esfuerza Milei es en que las cosas salgan mal por la vía parlamentaria, para patear la pelota afuera y decir que no lo dejan gobernar y que por eso está fracasando su plan económico que ya ha fracasado en cada lugar del mundo que se ha intentado implementar (incluida la Argentina).