¿NOS GANÓ EL INDIVIDUALISMO?

Desde este jueves 06 de junio, tal como lo había anunciado el Presidente Javier Milei durante casi toda su campaña, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades ha cerrado definitivamente, avanzando una vez más sobre las conquistas de las mujeres argentinas. 

23/10/2024

Han sido meses difíciles para los medios independientes, no solo porque vivimos en un país donde, al parecer, reina la desidia política, sino porque se hace muy difícil sostener con la convicción y los ideales todo lo que conlleva la labor periodística de un medio. Ojo, esta no es una queja, elegimos este camino porque entendemos que los medios hegemónicos son también parte de este desastre, cómplices y arquitectos del proyecto político en el que estamos sumidxs. 

 

En estos meses, ha coexistido con nosotrxs una pregunta que no nos deja de rondar en la grupalidad que hacemos PISTA, Escalando Alturas y Sala De Espera, y es si realmente nos ganó el individualismo como flamante fenómeno

social. Claro que esto viene de la mano de una reflexión acerca de que la derecha está avanzando a nivel global y el individualismo le está cerrando más a las sociedades que el “colectivismo”, paradójico, ¿no?

 

No es nuestra intención transmitir un mensaje en el cuál nos posicione al pueblo como simples borregos que lo único que pueden hacer es seguir a sus “pastores”. Pero no podemos negar que el individualismo es el principio básico de la ideología y de la moral de las clases dominantes. En esta especie del “sálvese quien pueda”, pero que en realidad tiene de trasfondo “me salvo yo que estoy arriba, vos de abajo sos el que no te vas a salvar.”  

 

Es por eso que estas bravas personas que manejan los hilos de la información nos quieren decir que el individualismo está cimentado en la “invariable naturaleza humana”. Pareciera que quieren tapar el sol con un dedo: las personas vivimos en sociedad y solo en sociedad podemos concebir la metodología, filosofía o ideología con la que nos regimos. Por lo que la única invariabilidad en nuestra naturaleza, es la de vivir en comunidad, es decir colectivamente. 

 

El individualismo como principio nos contrapone como personas a la colectividad, a ese pensamiento que nos subordina a los intereses sociales y no a los personales, solxs nunca hemos llegado a ningún lado, ni siquiera Javier Milei llegó a donde está por él mismo, sino por el séquito de influencias que tiene alrededor. 

 

Si no concebimos al individualismo como la forma que tiene este sistema de mantener las clases sociales bien separadas, es decir la casta bien arriba y el pueblo bien abajo y pobre, pero contento. Porque cree que, si se esfuerza muchísimo va a poder salir de esa pobreza, pero la trampa está en que, en realidad, lo material solo le va a dar una sensación de estabilidad sostenida por no tener vida a raíz de tanto trabajar. Y no es que este sea un discurso que haga apología a la pereza o la holgazanería, sino que nadie debería trabajar más de lo necesario para poder tener una vida digna y darle a su familia una vida digna. 

 

Volvamos al eje: el individualismo. Esta corriente se opone a cualquier intento de colectivismo, porque considera que aceptar la relevancia de lo social sobre lo individual significaría poner en cuestión la libertad del individuo, relegando al sujeto - supuestamente - al papel de una mera pieza más de un mecanismo. Hay un supuesto que viene acompañado de este pensamiento: mientras más pensemos en nosotrxs mismxs, más libres seremos. Pero si la libertad es correlativa al individualismo, entonces no es una libertad tan libre que digamos. 

 

Según la Filosofía, la Libertad es la capacidad de obrar sin impedimentos, de autodeterminarse, lo que supone la posibilidad de elegir tanto los fines como los medios que se consideren adecuados para alcanzar dichos fines. Por lo que, en principio, apostar a lo colectivo, comunitario, no sería restrictivo de ser libre. Es decir que podemos ser libres siendo “colectivistas” pero gozamos de una libertad encorsetada si somos individualistas. Esto comienza a parecerse a un trabalenguas absurdo. 

 

Al afianzarse gente como Javier Milei, Patricia Bullrich, Mauricio Macri, como clase dominante y a la cabeza de las masas populares, su prédica del individualismo adquiere un carácter cada vez más antihumano y les sirve de justificación ideológica para una explotación sin sentido, es decir, cada vez trabajás más y te alcanza menos. 

 

Y si vamos un poco más profundo, cuando hablan de este “sálvese quien pueda”, también nos dicen que están a favor de los derechos humanos, de los reales (como si hubieran diferentes tipos de DDHH) y de las libertades individuales como bastiones principales. Pero después, cuando bajas a la realidad, ves que atacan a la educación, a la salud, al poder adquisitivo de la gente, dicen que lo hacen por el bienestar de todxs, pero lo único que vemos es cómo cada vez estamos peor. 

 

No respetan los derechos humanos básicos y universales. Nos reprimen, le pegan al pueblo, hostigan a quien quiera ejercer la libre expresión opinando diferente a ellos, nos marcan, persiguen, violentan, están en contra de todas las libertades individuales que no tengan que ver con lo que ellos dicen que deben ser. 

 

Lo que existe no es libertad, es autoritarismo. Lo que existe no es individualismo, es alienación a un sistema que nos está destruyendo. Pero de a poco nos vamos despertando, de a poco nos vamos dando cuenta que lxs otrxs son tan importantes como nosotrxs. De a poco nos vamos dando cuenta que el único proyecto que nos puede salvar es el colectivo, dejando los individualismos de lado y trabajando por un país mejor, como sucede con la lucha estudiantil, docente y nodocente universitaria que nos marca un camino en el medio de la oscuridad. 

 

Como dijo alguna vez un poeta chino: "La esperanza no puede decirse que exista, ni tampoco puede decirse que no exista. Es como los caminos sobre la tierra. En realidad, la tierra no tenía caminos al principio, pero cuando muchos hombres pasan por un camino, se hace un camino."

 

AUTOR

David Alos